viernes, 23 de marzo de 2012

Capitulo IV: Peligro, 21 de enero.


Ese día decidí leer la carta. No tenia respuestas a mis preguntas pero quizá esa carta las tendría.
La cogí de encima de la mesa, donde el día anterior la había dejado, y empecé a leer:

Estimado Doctor Gomez:


Te escribo desde Tanger, ya sabes, en África...
Aquí la situación es insostenible, la enfermedad a crecido rápidamente y no podemos controlar la situación, los equipos que hay aquí no me proporcionan toda la información que necesito así que he decidido volver lo antes posible.
Aún recuerdo que abandoné a mi mujer y a mi hija por esto y me reconcome por dentro, tu eres mi amigo, eres como mi hermano, tienes que entenderlo.
Volveré el día 20 de enero, o por lo menos eso espero.
Aún no he encontrado una cura para este fallo pero con la tecnología de allí creo que lo podré conseguir.


Un gran abrazo, Jay.


Terminé de leer la carta, era posible que hubiera venido a vernos, o a ver a mi madre, quizá era verdad de que mi madre le vio...Pero en ningún caso iba a decirle a mi madre que el había vuelto, si nos abandonaba otra vez ella se quedaría destrozada.
Me puse de nuevo a pensar, quizá si iba a la policía y buscara al tío que llevaba el caso del incidente en mi casa podría decirme si los ladrones estuvieron el África. Así que decidí ir...
Llegué al cuartel y busqué al inspector que llevaba mi caso y con el que hablé el día del incidente. El me miró y vino hacia mi.
-Hola- Me saludo-¿Ya mejor?-
-Si, pero tengo que preguntarle una cosa muy importante, para mi...- Le dije
-Dime-
-¿Los ladrones de mi casa estuvieron en África?- Pregunté, no estaba muy convencida de que me fuera a contestar pero tenia que intentarlo...
-Veamos, no debería de decírtelo, pero no veo ningún mal...-Dijo - A ver uno e ellos estuvo recientemente, el otro no.-
-Vale- Le contesté.-Gracias, en serio, adiós.- Me despedí y me fui corriendo, necesitaba descansar.
* * * * * * * * * *
Llegué a casa y me fui a echar la siesta. Cuando me levanté estaba sudando, había tenido una pesadilla así que me duche tranquilamente y fui a merendar, vi a mi madre comiendo cereales y me animé.
-¿Que ves?- Le pregunté mientras me ponía un bol de cereales.
-Noticias de última hora.- Me contestó, no presté mucha atención hasta que escuché que hablaban de África.
La enfermedad ya se había extendido por media África, en tan poco tiempo...Me terminé los cereales y fui a llamar a Aly, tenia que contárselo todo.
Al rato vino y le conté todo, hasta le enseñé la carta de mi padre.
-Vale, esto es en serio ¿No?-Dijo ella, ahora si que empezaba a creerme.-Vale...tengo una idea, vallamos al hospital donde le hicieron la autopsia.-
-Tu estás mal de la cabeza.- Le dije impresionada.- Además para que vamos a ir, es una chorrada.-
-Hablaremos con las enfermeras, las preguntaremos que ocurrió.- Dijo ella muy convencida.
Cogimos el coche y nos fuimos al hospital, íbamos deprisa, no queríamos que se hiciera de noche.
Cuando llegamos todo estaba solitario, no había nadie en el parking pero habían bastantes coches. Nos bajamos del coche y miramos a nuestro alrededor, no se oía nada, era un silencio incomodo y extraño.
Nos dirigimos a la puerta y nos quedamos mirando.
-Las luces están apagadas.- Dijo Aly. Empujé la puerta y se abrió.
-Está abierto..- Dije y entré, ella estro detrás de mi.
No había nadie, ni si quiera en recepción, caminamos por un pasillo, no veíamos gente ni en las salas de espera si en la habitaciones.
-Posiblemente han cerrado.- Dije.
-Mira.- Me dijo Aly señaló una puerta, estaba ensangrentada. Nos miramos con miedo.-Aquí a pasado algo.-
La miré, no sabía si abrir la puerta o no, la verdad es que tenia miedo. Cogí un extintor, solo por si acaso teníamos que defendernos, no me fiaba de lo que hubiera detrás de la puerta. Aly abrió con cuidado la puerta y lo que vimos fue entre asqueroso y aterrador...
Olía a podrido, había un montón de gente en un corrillo, gruñían y gemían con rabia. Aly y yo nos quedamos muy quietas, aún no nos habían visto, pero en ese momento uno de ellos se giró y nos miró fijamente, tenia carne colgando de la boca y estaba lleno de sangre, era igual que el ladrón de mi casa.
-Nos..ha..visto...- Susurró Aly.
-Retrocedamos muy lentamente.-Dije, y empezamos a retroceder pero el ser empezó a venir lentamente hacia nosotras, llamando la atención de los demás.-¡CORRE!-Dije y salimos corriendo por el pasillo.
-No podemos llevarles hasta la salida.- Dijo Aly.
-¿Y que mierda hacemos?- Dije desesperada, los teníamos justo detrás a unos pocos metros de nosotras.
-Busquemos unas escaleras, subamos a la azotea o algo así...-Dijo ella y empezamos a buscar las escaleras, con la desgracia de que nos las habíamos pasado y los seres estaban demasiado cerca de ellas...
-Estamos perdidas, están en las puñeteras escaleras.- Dije y miré a mi alrededor, había una habitación, mas bien un despacho, era la única salida posible.-Vamos allí- Dije señalándolo, fuimos corriendo y cerramos. Empezamos a escuchar un gruñido cerca de nosotras. Me giré y vi a un ser en la habitación, venia hacia nosotras.
-El extintor- Dijo Aly. Aún tenia el extintor en la mano, ni me había dado cuenta de que lo llevaba cargando, cogí impulso y le di con el en la cabeza. El ser calló al suelo.
-Por un pelo- Dije, pero el ser se empezó a arrastrar por el suelo intentando agarrarme la pierna, Aly me quitó el extintor y le aplastó la cabeza con el, salpicándolo todo.
-Que asco joder..-Dijo mirándose las zapatillas llenas de sangre.
-Busquemos una salida, ya.- Dije y miré a la ventana, quizá si no estábamos a mucha altura podríamos saltar. Aly se asomó.
- Necesitamos una cuerda o algo similar.- Dijo.
Se empezaron a escuchar ruidos en la puerta. Estaban cada vez más cerca, y nosotras sin salida...



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