domingo, 9 de junio de 2013

CAPÍTULO XII, Una despedida, 25 de enero.

Me sentía débil, acababa e matar a una persona a la que consideraba mi hermana. Ella tenía razón, era mi culpa, si no me hubiera ido podrían seguir vivos, mi madre seguiría viva, seguirían vivos y quizá podríamos haber escapado de este infierno. Pero ahora no lo sabré jamás.
Miré el cuerpo de Aly que yacía en el suelo, inerte, miré a Charlie que también la miraba con lágrimas en los ojos, alzó la vista y nuestras miradas se cruzaron.
-Deberíamos irnos.- Dijo el con voz ronca.
-Lo siento.- Dije mirando al suelo. -Siento que tus padres estén muertos... por mi culpa...-
-No ha sido tu culpa.- Dijo el tajantemente.-¿Crees que tu padre no lo habría hecho de estar tu aquí? Lo habría hecho.-
-Pero...-
-Déjalo, el único culpable aquí es tu padre.- Dijo el y se marchó de la habitación. Me senté en mi cama, y miré mi cuarto, destrozado, lleno de sangre.
Empecé a recordar como era todo antes de este infierno, apenas dos semanas antes todo era normal y un día te levantas y ves que el mundo poco a poco se está muriendo, pero que luego se levanta y va contra ti. Pero quizá el virus no se hubiera extendido por todas partes, solo se conocían dos lugares y los dos estaban muy separados entre si, quizá la humanidad no estaba perdida, sólo tenía que escapar de ese lugar, ver si el virus había traspasado fronteras, y rezar porque no fuera así.
Salí de la casa y vi como Charlie golpeaba algo con fuerza, corrí hacia el para ver que era, era Cloe.
-Charlie...- Dije conteniendo un grito, golpeaba con fuerza la cabeza de la niña, que casi estaba hecha puré en el asfalto.
-Se ha transformado.- Dijo el incorporándose.- Me ha atacado.-
Miré el cuerpo de Cloe, no parecía uno de ellos, su carne aún  no estaba de su color...
-¿Seguro?- Dije y me agaché a tocarla, su piel seguía caliente, si se hubiera transformado en uno de esos seres estaría fría.- Mientes.- Murmuré con rabia.- La has matado sin transformarse.- Charlie se quedó callado, me levanté y le empujé. -La has matado a sangre fría, has matado una niña.-
-Iba a transformarse.-
-Pero no lo hizo.-
-Sabías que  la habían mordido y aún así dejaste que viniera con nosotros, podríamos haber muerto.- Dijo el alterándose.
-¿Quien eres tu para decidir quien vive o muere? Era una niña.- Dije subiendo el tono de voz.
-Tengo derecho si se va a transformar en uno de ellos.-
-NO NO LO TIENES.- Grité.-Eres un monstruo.-
-Lo dices tu, que has matado a tu mejor amiga.- Contestó el.
-Eso ha sido un golpe muy bajo Charlie...- Dije.- Olvídate de mi, me voy sola, estaba mejor. No quiero volver a verte jamás.-
-No digas eso...- Dijo el intentado agarrarme del brazo.
-Ni me toques, eres una alimaña, te has convertido en un monstruo.- Dije apartándome bruscamente. -No me sigas.-
-Pero Jes...-
-Olvidame.- Dije y empecé a caminar por la carretera.
-¡JES! ¡NO TE VAYAS!- Gritó Charlie. -TE QUIERO.- Me paré, me giré y le miré.
-Si me quisieras, no habrías matado a una niña, sabiendo que yo he intentado salvarla.- Dije y continué caminando has que la voz de Charlie se fue apagando poco a poco.
Sabía que no iba a durar mucho sin armas, sin comida y con el frío, tenía que buscar un coche y así por lo menos estaría un poco protegida.
Caminé durante un buen rato hasta que encontré un coche abierto.
-Dios, que suerte...- Murmuré.- Vi que tenía las llaves en el contacto, cosa que me pareció demasiada potra pero no iba a desperdiciar una oportunidad así. Arranqué y me dirigí a las afueras, a huir de ese lugar para siempre...

sábado, 8 de junio de 2013

CAPITULO XI, Muerte, 25 de enero.



 Me quedé inmóvil frente a ella, examinando su pútrido cadáver, centímetro a centímetro había algo extraño en el, no se veía ningún mordisco pero sin embargo se había transformado en zombie.
Miré a Charlie que estaba sentado en el suelo llorando. Me acerqué a el y le abracé. Sabía perfectamente como se sentía, acababa de perder a toda su familia de una vez, estaba destrozado.
Me incorporé y miré a mi alrededor.
-Charlie...- dije con un hilo de voz.- Voy al piso de arriba, a ver si encentro algo o veo a alguien.- me miró con tristeza y volvió a mirar los cuerpos inertes que estaban en el suelo. Cogí su pistola, la recargué y subí al piso de arriba.
Todo estaba oscuro, las paredes tenían manchas de sangre, se notaba que había sido una carnicería y no parecía que hubiera algún superviviente. Entré en mi habitación estaba todo hecho un asco y tirado por el suelo.
-¿Hay alguien ahí?- Pregunté pero no me contestó nadie, cosa que no me extrañó. Me dirigí a la puerta pero me paré en seco al escuchar algo.
-Je...s- Me giré rápidamente mirando todas las partes de la habitación. Se abrió la puerta del armario lentamente. Era Aly.
-Aly estas viva.- Dije, corrí hacia ella y la abracé, estaba ardiendo pero no le di importancia.
-Creía que habías muerto.- Dijo ella devolviendome el abrazo.
-¿Que ha pasado?- Pregunté.
-Verás...- Dijo mirando el suelo. -No creo vayas a creer.-
-Dímelo.- Dije mirándola a los ojos, en su expresión se notaba el miedo.
-Estaban todos preocupados por que os fuisteis, querían ir a buscaros pero nosotros dijimos que no hacia falta, que solo habíais ido a ver si había algún supermercado abierto y con comida, todos se enfadaron muchísimo, sobre todo tu madre, no la había visto así nunca. El caso es que mientras discutían alguien golpeó la puerta y todos nos asustamos porque creíamos que eran zombies pero miramos y no lo eran...-
-¿Eran personas?- Pregunté.
-Si...- Contestó ella evitando mi mirada.
-¿Aly ¿Quienes eran?-
-Era...tu padre.- Contestó ella y me miró fijamente. Me quedé helada, no podía creerlo.
-¿Que...que quería?¿Que hacia aquí?- Dije subiendo la voz, estaba alterada.
-Venía a buscaros, a ti y a tu madre, iba con dos hombres más que parecían unos guarda espaldas.- Dijo ella asustada. - Pero al ver que no estabas se enfadó muchísimo con tu madre y la empezó a gritar... y luego... luego...-
-¡¿Luego que?! ¡¿Que pasó?!- Grité. En ese momento Charlie entró en la habitación asustado, preguntando que pasaba pero le ignoré.
-Le clavo una jeringuilla en el cuello a tu madre.-Contestó ella muy asustada, casi llorando.- Tu madre se calló al suelo y tu padre se fue, tu madre parecía normal, no parecía que la pasara nada...pero por la noche le empezó a subir fiebre, tenia alucinaciones y cosas así y de repente empezó a convulsionarse y luego dejó de moverse...-
-Continua...-  Le ordené.
-Estaba muerta Jes, no tenía pulso, la cogieron para sacarla al jardín pero justo cuando estaban llegando a la puerta despertó y mordió al padre de Charlie y de ahí empezó a contagiar a todos, no encontraban las armas, porque la mayoría las teníais vosotros...- Dijo ella llorando y apartando mi mano de su hombro.
-¿Nos estás culpando?- Dije enfadada.
-¡No, a los dos no, sólo a ti, tu fuiste la que quería irse y por eso ahora todos está muertos!- Gritó ella. -¡Sus padres, los míos, todos!- Charlie se acercó a nosotras intentando tranquilizar a Aly.
-Parad ya- Dijo. -No es culpa de ninguno.-
-Si es suya.- Dijo Aly señalándome.- Una amiga no habría hecho eso, y menos una hermana como te consideraba, gracias a ti están todos muertos, incluso yo.- Dijo llorando.
-¿Tu?- Dijo Charlie. -¿Tu por que?-
Aly se estiró la camiseta, dejando ver su hombro ensangrentado en donde había una mordedura.
-Me han mordido, estoy muerta, en unos pocos minutos seré uno de ellos.- Dijo ella llorando.
-Aly...- Dije con un hilo de voz.- Lo siento...-
-No los sientes, no hasta que no me veas transformarme, no hasta que tengas que matarme tu misma.- Contestó ella. Charlie me miró. Notaba el peso de la culpa sobre mis hombros, no debí irme.
-Tienes dos opciones, o me matas ya o me matas transformada, pero quiero que lo hagas tu.- Dijo Aly y dió un paso adelante.
-Aly... lo siento.- Dije llorando.
-Hazlo.- Dijo ella.
-No.-
-¡HAZLO!¡YA!- Gritó.
Miré a Charlie que asintió y se apartó a un lado.
-Lo siento.- Dije, y levanté la pistola apuntando a su cabeza, no podía ver lo que estaba a punto de hacer, así bajé la mirada con lagrimas en los ojos y disparé. El golpe sordo que hizo su cuerpo inerte al caer fue el último sonido que se escuchó.

miércoles, 27 de marzo de 2013

CAPITULO X, Huida, 25 de enero, parte 2.

Si Charlie se enteraba la dejaría ahí sola, hasta que su desgraciado final le llegara y se transformara en un zombie.
No sabía que hacer, no iba a matar a una niña, pero tampoco podía dejarla viva. Era una disyuntiva que me bloqueaba la mente. No podía pensar.
-Jes, ¿qué pasa?- Dijo Charlie.
-¿Que? Nada, vamonos.- Dije. tapé la herida de la niña y salimos del piso.
Sabía que acababa de cometer un error, pero no podía dejarla ahí sola, a merced de los muertos vivientes que estaban sedientos de sangre, aun que ella en poco tiempo se convertiría en uno de ellos.

-Cojamos ese coche, antes comprobé si tenia gasolina y está lleno, sólo hay que hacerle un puente y listo.- Dijo Charlie señalando un coche.
-¿Sabes hacer puentes a coches?- Dije desconfiando de sus dotes de ladrón de coches.
-No lo he hecho nunca, pero en YouTube salen muchas cosas. No te imaginas la de cosas que he aprendido...- Contestó el con tono burlón.
-Pues adelante.-Dije y el corrió al coche. Cloe y yo nos subimos, yo en el asiento del copiloto. 15 minutos después Charlie consiguió arrancar el coche y salimos de la ciudad.
-Volvamos a casa.- Dijo Charlie con alegría.
*****
Llegamos a la puerta de mi casa, estaba destrozada, miré a Charlie asustada.
-¿Por qué está así?- Dije con un hilo de voz.
-No... no se.- Dijo el. Se le notaba que estaba asustado, apretó la mandíbula, estaba tenso. Salió del coche rápidamente, solo llevaba una pistola en la mano.
-Cloe, quédate aquí.- Le dije a la niña y salí detrás de el con el bate en la mano.
Entré en la casa y estaba todo en penumbra, vi a Charlie que miraba algo en el salón y corrí hacia el. pero al llegar a su lado me quedé congelada. Casi toda nuestra familia y amigos estaban ahí, pero no de la forma en la que queríamos. Eran zombies. Estaban devorando el cuerpo de alguien, no se reconocía quien.
Vi a mi madre, arrodillada ante el cadáver, devorando la carne, llena de sangre. Jamás me borraré esa imagen de la mente.
-Mamá...- Murmuré y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, impidiéndome ver con claridad.-No...-El mundo se me desplomó en ese momento, mi madre, el último ser querido que me quedaba había muerto y sólo quedaba un pútrido cuerpo que intentaría matarnos.
 Ella se giró y me miró, sus ojos estaban vacíos de vida, semiblancos, sedientos de sangre. Se levantó y empezó a caminar hacia nosotros, los demás también se percataron de nuestra presencia y empezaron a acercarse, lentamente, con la mirada vacía.
Charlie y yo empezamos a retroceder, le miré, al igual que yo lloraba, se secó las lágrimas con una mano, no le dejaban ver, y apuntó con la pistola. Empezó a llorar más fuerte, y su mano empezó a temblar bruscamente, respiró hondo y empezó a disparar, hasta que todos quedaron inmóviles en el suelo. Me agaché ante mi madre, ahora inmóvil en el suelo, miré sus ojos que seguían abiertos y los cerré, para siempre.

martes, 11 de diciembre de 2012

CAPITULO IX, Huida, 25 de enero


Tropecé y me caí de nuevo me incorporé como pude y cogí el bate para defenderme, no había sido buena idea eso de salir de la casa.
Miré a mi alrededor en busca de una posible salida pero no vi ninguna. Los zombies estaban cada vez más cerca y parecían sentirse atraídos por la pequeña herida de mi rodilla que sangraba levemente.
El pánico empezó a apoderarse de mi, miraba a mi alrededor en busca de alguna salida pero no había nada, no quería pensar en que ese era mi fin. Que todo el esfuerzo iba a acabar así, no quería pensarlo pero la idea no se iba de mi cabeza. Convencida de que no saldría con vida de esa calle., caminé hacia los zombies agarrando con fuerza el bate, miré hacia la ventana donde estaban el hombre y la niña mirándome, no se movían, me miraban como si fuera un juego, como si fuera una gladiadora que tenia que luchar contra los zombies. Toqué mi espalda, tenía una pistola en la que quedaban más o menos 6 balas. Respiré hondo y corrí hacia los zombies, no podía fallar los tiros y gastar munición a lo tonto, me acerqué lo más posible a ellos y les disparé. Sus pútridos sesos se esparcían por mi ropa y el suelo, pero ya quedaban menos, unos 13. Cogí con fuerza el bate y empecé a golpearlos en la cabeza con todas mis fuerzas, vi como un grupo de 7 entraba en el portal del piso. Habían conseguido que la puerta cediera he iban a por el hombre y la niña. No me preocupé de ellos, tenia que matar a los que me seguían a mi pero cada vez tenia menos fuerzas, estaba gastando demasiada energía.
De repente escuché un disparo y uno de los zombies que me iban a atacar cayó al suelo, inerte. Miré a mí alrededor y me quedé perpleja al ver quien había disparado.
- Charlie.- Murmuré. Era el estaba vivo y me acababa de salvar. Disparó al resto hasta que no quedó “vivo” ninguno.
-¿Estas bien?- Preguntó el con una voz grave. 
-Si. -Contesté alterada y emocionada a la vez. Estaba vivo, era una alegría verle pero en ese momento no estábamos para bienvenidas ni saludos, debíamos salir de ahí.
-¿Tienes algún plan?- Preguntó el mientras disparaba a los zombies.
-En teoría iba a ese piso.- Dije señalando hacia donde vi al hombre y a la niña. En ese momento se escuchó un ruido de cristales rotos y una persona calló ante nosotros desde uno de los pisos.Retrocedí asustada y Charlie pegó un brinco.
-Dios santo, es el hombre que vi.- Dije con un hilo de voz.- La niña.-
-¿Que niña?-
-Había una niña con el.- Dije y miré al piso, se escuchó un largo grito y luego silencio. Corrí hacia la entrada del portal, quizá siguiera viva, quizá estuviera escondida en algún sitio.
Llegué al piso pero al entrar me atacó un zombie, me deshice de el como pude y le di con el bate. Miré a ver si había más zombies pero no había ninguno, aparentemente. -¿Hola?¿Hay alguien?- No obtuve respuesta, en ese momento Charlie entró por la puerta.
-¿Y bien?-
-Déjame buscarla.- Dije y empecé a buscar a la niña por las habitaciones pero no estaba. -No está.-
-Ya lo veo.- Contestó Charlie. -Veamos a ver si tienen comida, nos servirá.- Empezamos a buscar comida por los armario y justo cuando Charlie abrió uno de ellos se escuchó un grito de su interior. Era la niña.
-No me matéis.-Dijo llorando desconsolada. Charlie me miró y yo me dirigí hacia ella.
-Tranquila, no somos malas personas.- La dije para tranquilizarla y ella me abrazó.
-Mi padre...- Dijo llorando. -¿Donde está mi padre?- Miré a Charlie, no sabia como decirla que su padre había muerto.
-Lo siento, tu padre ha muerto.- Dijo Charlie.- Jes, debemos irnos.-
-Cojamos todo lo necesario y vayámonos.- Dije y empezamos acoger todas las cosas que nos pudieran servir. -¿Como te llamas?- Le pregunté a la niña mientras recogíamos.
-Cloe.- Contestó ella.
-Bien Cloe, coge todas tus cosas, te vienes con nosotros.- Dije y ella obediente se fue a recoger sus cosas. Miré a Charlie que me miraba mal. -¿Que?-
-No creo que llevarla con nosotros nos beneficie mucho.- Contestó el en voz baja.
-¿Quieres dejarla aquí? ¿En serio se te ocurre pensarlo?-
-Nos retrasará, y no se si te has dado cuenta de que tiene un brazo lleno de sangre.-
-Puede ser de su padre.- Contesté. -No vamos a dejar a esa niña aquí, asúmelo, viene con nosotros.- Terminé de llenar una bolsa y fui donde estaba la niña cogiendo sus cosas.
-Ya he terminado.- Dijo ella y me miró. En su mirada se podía ver que tenia miedo. Miré su brazo, en efecto, estaba lleno de sangre. 
-¿Me dejas ver tu brazo?- La pregunté tranquilamente, ella asintió. Me acerqué a ella y la miré el brazo.
La habían mordido.


viernes, 4 de mayo de 2012

Capitulo VIII: Soledad, 25 de enero.

Estaba sola, ya habían pasado un par de días y no sabía que hacer.
No quería salir, era demasiado arriesgado y no quería atraerlos hacia mi.
Pasaba las horas sentada mirando por un pequeño hueco de la ventana. Los zombies caminaban por las calles desiertas, buscando su comida, buscando a los pocos que quedábamos vivos, y si había más gente como yo no creo que la humanidad dure mucho.
Estaba sentada, había encontrado una libreta vacía y dibujaba cosas al lado de la ventana, miré de refilón y seguí dibujando pero me quedé quieta, no podía creer lo que había visto.
En una de las ventanas de el piso de enfrente había una niña, no parecía infectada, y miraba fijamente mi edificio. Abrí un poco la cortina y su mirada se fijó en mi. Movió la mano de un lado a otro, como si me saludara y yo hice lo mismo, en ese omento se giró y habló a alguien y un hombre se asomó a la ventana. La niña me señaló y el hombre me miró, parecía feliz pero preocupado, se giró y se fue de mi vista.
-No, mierda, no pueden dejarme así.-Murmuré y apareció el hombre con unos folios y los puso en la ventana, fue poniéndolos correlativos, con una letra visible y en ellos había un mensaje. "¿Te han mordido?"
En ese momento unas esperanzas y una sensación de felicidad me recorrió el cuerpo y le respondí que no con la cabeza . El hombre asintió y empezó a escribir otro mensaje.
"Sal de ahí, intenta venir aquí como puedas".
Ya, claro, como que era tan fácil como salir por la puerta y dar un paseito. Pero asentí con la cabeza, y empecé a preparar mis cosas. El día anterior había estado rebuscando por la casa y había encontrado un bate de béisbol  firmado por lo que en su época había sido un famoso, lo cual me iba a venir muy bien, así que cogí todo lo que me podía hacer falta y salí de la casa. En el pasillo había un par de zombies pero salí corriendo, no quería correr el riesgo de que me agarraran.
Salí del portal, en la calle había entre 15 y 20 zombies, pero estaban lo suficientemente alejados como para poder cruzar la calle sin que me atacaran. Fui corriendo a la puerta del portal de enfrente pero estaba cerrada, no me lo podía creer. Los zombies se acercaban cada vez más y la puerta no se abría.
En ese momento uno me cogió de la bolsa y me caí al suelo, cogí firmemente el bate y le dí con el en la cabeza pero no me soltaba, le empecé a dar con todas mis fuerzas y finamente se derrumbó. Conseguí levantarme pero estaban muy cerca de mi y me había echo daño en la rodilla al caer.
-De esta no salgo.- Murmuré y meré a mi alrededor, estaban cada vez más cerca de mi, se acercaban alterados y gimiendo, me veían como su comida.
Cogí la bolsa e intenté abrir de nuevo la puerta pero estaba atrancada, era imposible abrirla.
No iba a salir de ahí, era el fin.

lunes, 2 de abril de 2012

Capitulo VII: Sin salida,23 de enero

No sabíamos que hacer, estábamos atrapados y prácticamente sin salida.
-Me voy a quedar sin munición.- Dijo Charlie preocupado.- Quizá no ha sido tan buena idea venir solos.-
-Debemos encontrar una solución, no creo que podamos con todos con tan pocas armas...-Dije mirando a mi alrededor, cada vez eran más y más que venían sedientos de sangre hacia nosotros, yo miraba a todos lados buscando una salida segura para ir con el coche pero no veía ninguna.
No me podía creer que fuéramos a morir ahí, no quería creerlo. Mi cerebro trabajaba a toda máquina, tenia que tomar una decisión rápida.
-Subámonos al coche.-Dije y fuimos rápidamente hacia el, en ese momento un par de zombies agarraron a Charlie, este se revolvía de todas violentamente, corrí hacia el y les di en la cabeza con la culata de la escopeta y se tambalearon soltándole. Le agarré de la mano y fuimos al coche.
Entramos casi sin aliento y lo arranque, pegué un acelerón y empecé a embestirlos, estábamos saliendo de ahí, y vivos.
* * * * * * * * * *
Ya íbamos por la mitad cuando recordé que tenia que buscar al doctor Gomez frené en seco, me había pasado  unas calles de su dirección.
-¿Que haces?- Dijo Charlie mirándome con los ojos como platos.-¿Que intentas hacer?-
-Tengo que buscar a una persona.- Contesté y empecé a dar marca atrás.
-No, vamonos a casa.- Dijo el y me cogió del brazo.- Vamonos ya.-
-No puedo.-Dije y le aparte el brazo. -Tengo que ir, i pienso ir, contigo o sin ti, me da igual.-
-¿Si?- Dijo el.
-Si.- Contesté bruscamente.-O me dejas dar media vuelta, o me voy sola.-
-Bien, pues no te dejo dar media vuelta, ni ir sola, no vas a ir es un suicidio, hemos salido de puro milagro de ahí y pretendes tentar a la suerte otra vez.-
-Bien, pues vete a casa.- Dije, abrí la puerta del coche cogí mis armas (casi sin munición) salí del coche y empecé a caminar.
-Jes no por favor, ¡Jes!- Me llamaba Charle, pero hice oídos sordos y seguí mi camino. Llevaba unos metros avanzados y miré hacia atrás y vi que Charlie se había puesto en el lado del conductor.
-Vete.-Murmuré, prefería que se fuera así no tendría que preocuparme, y vi como empezaba a alejarse. Empecé a caminar deprisa hacia la casa de el doctor Gomez, aún la recordaba de cuando iba tiempo atrás con mi padre. No había muchos zombies por la calle, así que intenté no llamarles la atención, no quería que atrajesen al resto hacia mi. Llegué al portal pero esta cerrado, no sabía si llamar al telefonillo o romper el cristal para abrir, así que decidí romperlo. Armé un escándalo impresionante y algunos empezaron a venir hacia mi, pero conseguí abrir y entré corriendo.
Las luces no funcionaban, así que estaba todo algo oscuro, fui en silencio por el pasillo hasta llegar a las escaleras. No había nadie, ni zombies ni humanos, todo estaba en calma. Llegué a la puerta y vi que estaba entreabierta así que entre con cuidado, miré a mi alrededor, todo estaba desordenado, lo cual me pareció raro por que el era muy ordenado, entré al salón y le vi apoyado en el marco de la puerta.
-Doctor Gomez.- Dije en bajito. -¿Está bien?- Me fui acercando poco a poco y a medida que me acercaba notaba un olor asqueroso, el mismo que note en el hospital.-Doct...- En ese momento se giró. Era uno de ellos y empezó a venir hacia mi. No me lo podía creer, estaba en shock. Saqué corriendo de mi mochila el cuchillo y se lo cavé en la cabeza, el se desplomó ante mi y todas mis esperanzas se esfumaron.
¿A quien pretendía engañar? Había arriesgado mi vida y la de Charlie por conseguir respuestas y solo conseguí una gran decepción. La verdad que tenía fé de que siguiera vivo y que me ayudara a encontrar a mi padre, pero no fue así y ahora no podía volver a casa, no tenía a donde ir, por egoísta.
Decidí quedarme ahí, así que saqué el cuerpo del piso y lo dejé en la puerta así el hedor no atraería a nadie. Cerré la puerta y puse una mesa delante para que no se abriera, aunque no serviría de mucho...Fui a la nevera a ver si tenia algo de comer, un día sin comer podría pasar pero dos no, necesitaba fuerzas, vi lo que había y había comida como para una semana así que empecé a preparar el piso, pensaba quedarme ahí hasta que pudiera irme a otro lado, total me había quedado sola...Cerré todas las ventanas con las cortinas y desconecté todo lo que pudiera hacer ruido si volviera la luz, encendí un par de velas, preparé mi cama en un sitio cercano a una posible salida por si pasara algo y me tumbé con cuidado.
Me puse a pensar en que estaría pasando en casa, si estarían preocupados por mi o si vendrían a rescatarme, pero lo dudaba, eran muchos y solo mi madre y Aly mostraría interés por venir, pero no vendrían.
Estaba sola y tenia que tomar decisiones yo sola, ya no quería depender de nada ni de nadie, no quería volver a verles, en cierto modo, ya estábamos todos muertos.

sábado, 24 de marzo de 2012

Capitulo VI: Supervivencia, 23 de enero.

Ya habíamos pasado dos noches en esa situación.
Nos asomábamos a las ventanas y todo estaba desierto...
Eramos quince personas  en una casa no muy grande, y los más mayores habían tomado el control, pero no sabían que decisiones tomar. Ese día ocurrió un imprevisto, los suministros que teníamos no eran muchos y en unos días la comida empezaría a escasear así que los mayores subieron al piso de arriba a hablar del tema, mientras que nosotros estábamos abajo.
-Tenemos que ir a por alimentos.- Dijo Charlie.- Si no acabaremos muertos de sed y de hambre...-
-Tiene que ir alguien.- Dijo Chelsy.
-Seguramente irán nuestros padres.- Dijo Aly.- Ellos pueden ir.-
-Ellos no son tan ágiles como nosotros.-Dijo Jack.-Nosotros tenemos más resistencia  física.-
-No dejarían que fuéramos.- Dijo Chelsy. Yo estaba sentada en un rincón pensando. Tenia que ir, no solo a por suministros, tenia que ir a buscar al doctor Gomez, el sabia donde estaría mi padre, el sabría donde estaba la cura.
Me levanté y fui a por mi chaqueta, tenia que ir y nadie me iba a detener.
-¿Que haces?-Dijo Jack.
-Me voy, hay que ir a por suministros, no podemos quedarnos pensando en que hacer, hay que actuar rápido, decisiones rápidas.- Dije y cogí una mochila.
-¿Estas loca o que?- Dijo Aly. -Es un suicidio que vallas tu sola.-
-Estoy preparada, soy rápida ellos son lentos y tengo armas.-Dije, la verdad es que no me lo creía ni yo.
-¿Pero tu quien te crees que eres? ¿Superman?- Dijo Jack y se acercó a mi.- ¿Te crees que puedes salir tan campante sin que te pase nada? Tu no tienes fuerza, si te pillan por sorpresa estarás muerta.-
-Pues mejor que no me pillen por sorpresa, ¿No?- Dije y empece a meter cosas en la mochila, una pistola, un cuchillo y una cuerda, lo guardé todo y cogí una escopeta.
-No hace falta que ta hagas la chulita con nosotros, que por que has matado a un hombre ya te crees que puedes hacer cualquier cosa...- Dijo Jack y me empecé a acercar a el.
-Si, maté a un ladrón que tenia la intención de matarme, pero no solo le maté una vez, si no dos, y también a un zombie. ¿A cuantos as matado tu? Ninguno, no sabes como son, solo sabes lo que has visto en la televisión y en las malditas películas.-Dije, me empezaba a enfadar cada vez más, se creía que podía con todo, pero no era así.
-Para salir ahí fuera tienes que ser fuerte, tener reflejos, y tu no tienes ninguna de las dos cosas.-Dijo el.
-Para salir ahí fuera tienes que pensar rápido, y tu no piensas.- Dije y me fui hacia la puerta.
-Jes, espera, yo te acompañaré.- Dijo Charlie. Le miré, se había puesto una chaqueta y había cogido un par de armas.
-¿Estas seguro?- Dije, no quería que le pasara nada malo.
-Si.-Contestó el.- Eh, cuidad de mi hermana.- Les dijo a los demás.-Y cubrirnos por si preguntan.- Y empecé a abrir las puertas y salimos.
Miré la hora, eran las cinco de la tarde y estaba algo nublado, salimos del jardín sin quitar nada y nos dirigimos al coche.
-No hagas ruido, por lo que más quieras.-Le susurré a Charlie. La calle estaba desierta solo estaban nuestros coches y un par más. Nos subimos al coche y pudimos respirar tranquilos.
-¿Hay que ir con tanta tensión?-Dijo Charlie con una sonrisa.
-La verdad es que con un poco menos quizá no suframos el riesgo de que nos dé un paro cardíaco.-Dije sonriendo y arranque el coche. Me dirigí a la ciudad para coger víveres.
-No te cae bien Jack¿No?- Me preguntó entonces Charlie.
-No es que me caiga mal es que es un chulito que va de...-Me quedé callada y paré el coche. Era increíble, la ciudad estaba llena de zombies.-Esto es una de las cosas que no me esperaba para nada.-Dije en voz baja.
-¿Que hacemos?-Dijo Charlie, le temblaba la voz, pero parecía muy sereno.
-Tenemos dos opciones.- Dije.- Seguir hacia delante y atropellarlos a todos con el temor de que el coche se rompa y nos deje tirados...-
-¿O?-Pregunto el.
- Volver a casa y conducirles hacia donde vivimos, lo cual no estaría nada bien.- Dije.
- Cualquiera de las opciones es mala..-Dijo el. Entonces escuchamos unos golpes, había un zombie golpeando el maletero.- ¿Pero que coño esta haciendo ese?- Dijo Charlie. En ese momento encendí en motor, si seguíamos parados llamaríamos la atención de todas formas.-¿Que vas a hacer?-
-Un suicidio.- Dije y aceleré el coche empezó a ir cada vez más y más rápido y empecé a atropellarlos a todos. La verdad que era gracioso pero preocupante a la vez, por que si perdía el control sería una muerte segura, tenía que buscar un sitio donde no hubiera muchos zombies y que estuviera cerca de algún mercado para coger todo lo que necesitábamos.-Necesito encontrar un puñetero supermercado.-
-Casi al final de la ciudad hay uno bastante grande.- Dijo Charlie. Perfecto, al final de la ciudad, no podía estar más cerca, no.
Empecé a tomar calles que estaban medio vacías, moverse por ahí era lo mejor, así ello se sentían atraídos y a la vuelta las calles del centro estarían despejadas.
Al rato de estar atropellando zombies llegamos.
-Venga corre.-Dije y salimos a toda prisa del coche. Entramos en el supermercado, no había muchos zombies a la vista así que corrimos a por lo más importante.-Mierda, ve a por el coche lo necesitamos dentro para meter todo.-Le dije a Charlie.-Ten cuidado.- Y fue corriendo.
yo mientras veía como los zombies se iba acercando a mi...Apunté y disparé a uno en la cabeza y cayó desplomado. En ese momento llegó Charlie.
-¿Estas bien?-Me preguntó.
-Si, cojamos todo lo posible.-Dije y empezamos a meter todo lo que podíamos.-No podemos entre los dos, yo vigilo tu coge todo.- Dije.
-No, ya me encargo yo.-Dijo el y empezó a matarlos.
Cogí todo lo posible y lo metí en el coche, cinco minutos después teníamos todo lo que necesitábamos. Pero aún teníamos que salir de ahí...


Capitulo V: Peligro (segunda parte),21 de enero.

No podíamos salir por la ventana y os seres estaban dando golpes a la puerta.
Empezaba a agobiarme, parecía una pesadilla, solo quería despertarme y que nada de eso hubiera pasado, volver a mi vida normal, pero no iba a ser así.
-No se como vamos a salir de aquí- Dijo angustiada y con lágrimas en los ojos.
-Tenemos que poner algo en la puerta para que no ceda por el peso.- Dijo Aly, miramos por la habitación y vimos la mesa de escritorio.-Pongámosla delante.-Dijo ella y la colocamos pegada  la puerta, no serviría de mucho, pero algo es algo. Me apoyé en la mesa y mire hacia arriba.
No me podía creer que todo fuera a acabarse ahí, no quería creerlo, que esos seres asquerosos fueran a matarnos en cuestión de minutos y que luego nos convirtiéramos en descerebradas...De pronto me fijé en el techo, era de esos que se podía levantar, cabía la pequeña esperanza de que pudiéramos salvarnos.
-Aly, mira.- Dije señalando el techo.-Vamos por ahí, por el techo.- Aly me miró raro, pero no podíamos estar encerradas ahí mucho tiempo así que cedió.
-Cojamos la silla, la ponemos encima y nos vamos.-Dijo ella y cogimos la silla de escritorio.
 -Venga sube, rápido.- Dije y empezó a subir. En ese momento la puerta empezó a ceder cada vez más, y empezaron a verse los dedos podridos de los seres. subí corriendo a la mesa pero la empezaron a empujar y la silla se resbalaba.
-Coge mi mano¡corre!- Me dijo Aly tendiéndome la mano y conseguí subir antes de que la puerta cediera del todo.
-Que poco a faltado.- Dije, estaba aún con lágrimas en los ojos.-Venga, vamos hacia adelante, con suerte acabamos cerca de la salida.- Dije y empezamos a gatear. Llevábamos unos cinco minutos avanzando y nos paramos, era muy difícil ir por ahí estaba todo oscuro y con la luz de los móviles no se hacia mucho.
-¿Y si levantamos uno de estos chismes y vemos donde estamos?- Dijo Aly señalando el techo que teníamos a los pies y quitamos con cuidado y vimos donde estábamos.
-Es la primera sala, donde estaban todos.-Dije asomándome.-Aparentemente no veo ninguno, pero desde aquí no hay mucha visibilidad, y la caída no es muy grande.- Dije y la miré.
-Venga salta, no seas gallina.-Dijo ella. La miré y sonreí.
-Si no fuera por que tenemos que salir de aquí te daría una paliza.-Dije, saqué las piernas que quedaron colgando en el aire y finalmente salté. Era más altura de la que me esperaba y me hice bastante daño, me levanté como pude y vi que a pocos metros había uno de ellos y mi caída le había llamado la atención. Miré a mi alrededor en busca de algo con lo que le pudiera dar y encontré los hierros de una camilla rota, cogí uno y caminé muy decidida hacia el, entonces Aly saltó.-Cuidado Aly, joder.-Dije en voz baja y la levanté con cuidado.-Mira.- Dije señalando al ser y luego señalando los hierros. Ella fue a por uno y yo empecé a darle en la cabeza hasta que cayó al suelo y se lo clavé.
-Vámonos.- Dijo ella y nos fuimos con cuidado hasta la puerta, salimos y la atrancamos con los hierros.
Nos alejamos un poco y nos tranquilizamos.
-Tenemos que llamar a la policía y que los maten a todos.- Dijo Aly y sacó su móvil.
-¿En serio crees que nos van a creer?¿Que van a creer que hay zombies en un hospital?¿En serio?-Dije, era una chorrada.
-¿Y que se supone que tenemos que hacer?¿Dejar que venga alguien y se encuentre con todo esto?-Dijo ella.- ¿Que abra esas puerta y salgan todos?- La verdad es que tenia razón, no podíamos dejar que cualquier persona fuera y dejara que los zombies escaparan.
-Está bien, llama...-Dije y llamó.
* * * * * * * * * *
Al rato llegaron cinco coches de policía, se bajaron de el cocho y un grupo de cuatro entró muy decidido, pero se empezaron a escuchar tiros y el resto entró para ayudarles.
-Están muriendo, no lo conseguirán.-Dijo Aly y muró los coches de policía.-Miremos a ver si tienen armas.- Y empezamos a buscar, tenían bastantes así que Aly fue a buscar el coche para meterlas todas y toda la munición. Aly llegó y metimos todo en el coche.
-Vámonos de aquí...- Dije.
-Pero hay que atrancar la puerta.-Dijo Aly.
-Cerramos la verja, no hay más que hace, al fin y al cavo van a salir.-Dije y me subí al coche, Aly se subió con lágrimas en los ojos. Nos fuimos y cerramos la verja, pero sabíamos que tarde o temprano saldrían.
Aly estuvo medio trayecto callada, lloraba.
-Tenemos que llamar a nuestras familia y amigos y avisarles, meternos en una casa y atrincherarnos ahí, a salvo.-Dijo finalmente.La miré.
-Bien, llama a tus padres y diles que vallan a mi casa, estaremos ahí el tiempo que podamos, a estas alturas ya todos sabrán lo que esta pasando.- Dije muy seria.
-También voy a llamar a Jack, Chelsy y Charlie.- Dijo Aly.- Son nuestros amigos.-
-Esta bien, pero que se den prisa.- Dije y llamó a todos.
A las pocas horas eramos 15 en la y ya habíamos protegido bien la casa. Todos estaban asustados y no sabíamos cuanto tiempo podíamos estar ahí, a salvo de todo...


viernes, 23 de marzo de 2012

Capitulo IV: Peligro, 21 de enero.


Ese día decidí leer la carta. No tenia respuestas a mis preguntas pero quizá esa carta las tendría.
La cogí de encima de la mesa, donde el día anterior la había dejado, y empecé a leer:

Estimado Doctor Gomez:


Te escribo desde Tanger, ya sabes, en África...
Aquí la situación es insostenible, la enfermedad a crecido rápidamente y no podemos controlar la situación, los equipos que hay aquí no me proporcionan toda la información que necesito así que he decidido volver lo antes posible.
Aún recuerdo que abandoné a mi mujer y a mi hija por esto y me reconcome por dentro, tu eres mi amigo, eres como mi hermano, tienes que entenderlo.
Volveré el día 20 de enero, o por lo menos eso espero.
Aún no he encontrado una cura para este fallo pero con la tecnología de allí creo que lo podré conseguir.


Un gran abrazo, Jay.


Terminé de leer la carta, era posible que hubiera venido a vernos, o a ver a mi madre, quizá era verdad de que mi madre le vio...Pero en ningún caso iba a decirle a mi madre que el había vuelto, si nos abandonaba otra vez ella se quedaría destrozada.
Me puse de nuevo a pensar, quizá si iba a la policía y buscara al tío que llevaba el caso del incidente en mi casa podría decirme si los ladrones estuvieron el África. Así que decidí ir...
Llegué al cuartel y busqué al inspector que llevaba mi caso y con el que hablé el día del incidente. El me miró y vino hacia mi.
-Hola- Me saludo-¿Ya mejor?-
-Si, pero tengo que preguntarle una cosa muy importante, para mi...- Le dije
-Dime-
-¿Los ladrones de mi casa estuvieron en África?- Pregunté, no estaba muy convencida de que me fuera a contestar pero tenia que intentarlo...
-Veamos, no debería de decírtelo, pero no veo ningún mal...-Dijo - A ver uno e ellos estuvo recientemente, el otro no.-
-Vale- Le contesté.-Gracias, en serio, adiós.- Me despedí y me fui corriendo, necesitaba descansar.
* * * * * * * * * *
Llegué a casa y me fui a echar la siesta. Cuando me levanté estaba sudando, había tenido una pesadilla así que me duche tranquilamente y fui a merendar, vi a mi madre comiendo cereales y me animé.
-¿Que ves?- Le pregunté mientras me ponía un bol de cereales.
-Noticias de última hora.- Me contestó, no presté mucha atención hasta que escuché que hablaban de África.
La enfermedad ya se había extendido por media África, en tan poco tiempo...Me terminé los cereales y fui a llamar a Aly, tenia que contárselo todo.
Al rato vino y le conté todo, hasta le enseñé la carta de mi padre.
-Vale, esto es en serio ¿No?-Dijo ella, ahora si que empezaba a creerme.-Vale...tengo una idea, vallamos al hospital donde le hicieron la autopsia.-
-Tu estás mal de la cabeza.- Le dije impresionada.- Además para que vamos a ir, es una chorrada.-
-Hablaremos con las enfermeras, las preguntaremos que ocurrió.- Dijo ella muy convencida.
Cogimos el coche y nos fuimos al hospital, íbamos deprisa, no queríamos que se hiciera de noche.
Cuando llegamos todo estaba solitario, no había nadie en el parking pero habían bastantes coches. Nos bajamos del coche y miramos a nuestro alrededor, no se oía nada, era un silencio incomodo y extraño.
Nos dirigimos a la puerta y nos quedamos mirando.
-Las luces están apagadas.- Dijo Aly. Empujé la puerta y se abrió.
-Está abierto..- Dije y entré, ella estro detrás de mi.
No había nadie, ni si quiera en recepción, caminamos por un pasillo, no veíamos gente ni en las salas de espera si en la habitaciones.
-Posiblemente han cerrado.- Dije.
-Mira.- Me dijo Aly señaló una puerta, estaba ensangrentada. Nos miramos con miedo.-Aquí a pasado algo.-
La miré, no sabía si abrir la puerta o no, la verdad es que tenia miedo. Cogí un extintor, solo por si acaso teníamos que defendernos, no me fiaba de lo que hubiera detrás de la puerta. Aly abrió con cuidado la puerta y lo que vimos fue entre asqueroso y aterrador...
Olía a podrido, había un montón de gente en un corrillo, gruñían y gemían con rabia. Aly y yo nos quedamos muy quietas, aún no nos habían visto, pero en ese momento uno de ellos se giró y nos miró fijamente, tenia carne colgando de la boca y estaba lleno de sangre, era igual que el ladrón de mi casa.
-Nos..ha..visto...- Susurró Aly.
-Retrocedamos muy lentamente.-Dije, y empezamos a retroceder pero el ser empezó a venir lentamente hacia nosotras, llamando la atención de los demás.-¡CORRE!-Dije y salimos corriendo por el pasillo.
-No podemos llevarles hasta la salida.- Dijo Aly.
-¿Y que mierda hacemos?- Dije desesperada, los teníamos justo detrás a unos pocos metros de nosotras.
-Busquemos unas escaleras, subamos a la azotea o algo así...-Dijo ella y empezamos a buscar las escaleras, con la desgracia de que nos las habíamos pasado y los seres estaban demasiado cerca de ellas...
-Estamos perdidas, están en las puñeteras escaleras.- Dije y miré a mi alrededor, había una habitación, mas bien un despacho, era la única salida posible.-Vamos allí- Dije señalándolo, fuimos corriendo y cerramos. Empezamos a escuchar un gruñido cerca de nosotras. Me giré y vi a un ser en la habitación, venia hacia nosotras.
-El extintor- Dijo Aly. Aún tenia el extintor en la mano, ni me había dado cuenta de que lo llevaba cargando, cogí impulso y le di con el en la cabeza. El ser calló al suelo.
-Por un pelo- Dije, pero el ser se empezó a arrastrar por el suelo intentando agarrarme la pierna, Aly me quitó el extintor y le aplastó la cabeza con el, salpicándolo todo.
-Que asco joder..-Dijo mirándose las zapatillas llenas de sangre.
-Busquemos una salida, ya.- Dije y miré a la ventana, quizá si no estábamos a mucha altura podríamos saltar. Aly se asomó.
- Necesitamos una cuerda o algo similar.- Dijo.
Se empezaron a escuchar ruidos en la puerta. Estaban cada vez más cerca, y nosotras sin salida...



Capitulo III: La verdad, 20 de enero.

Volví a mi rutina de siempre, la de todas la mañanas, pero con la diferencia de que esta vez no escribía sobre el odio, si no, que pensaba en mis sospechas sobre la nueva enfermedad.
Tenia que buscar respuestas ante esa situación, pero no sabia por donde empezar.
* * * * * * * * * *
Llegué a casa depresiva y encontré a mi madre en el salón con una con una botella de vino casi acabada un una copa llena hasta el borde. Tenia la mirada perdida.
Fui hacia ella y le quité la botella de la mano.
-¿Pero que haces?- Dije arrebatándole la copa de la mano.
-Tu padre, a estado aquí.- Contestó ella con un hilo de voz. No era posible, mi padre murió tiempo atrás, y por eso ella comenzó a beber hasta que lo superó, más o menos...
-Mama no digas gilipolleces.- La dije preocupada -Papa murió hace tiempo.-
-Estaba justo delante de mi, le vi.- Repetía una y otra vez.
- Papa murió en la clínica, hace ya dos años mama, por la enfermedad que contr...-Y me quedé callada, mi padre contrajo una enfermedad que le mató, el trabajaba en una clínica que investigaba todo tipo de enfermedades, quizá si iba podía encontrar esas respuestas que tanto ansiaba encontrar. Tenía que ir allí lo antes posible, ellos estarían al tanto de esta enfermedad y podrían hacer algo.-Mama, vete a la cama, descansa. Yo voy a hacer unos recados.- Le dije y la llevé a la cama. Cogí el coche y me fui a la clínica donde trabajaba mi padre...
Llegué una hora más tarde a la oficina, no tenia nada que perder por intentarlo. Entré y fui a buscar a uno de los mejores amigos de mi padre el doctor David Gomez. Los dos trabajaban en descubrir nuevas enfermedades y su cura.
-Hola Jesica, cuanto tiempo.- Me saludó y me dio un abrazo.
-Hola doctor Gomez.- Le saludé - Tengo que hablar contigo de una cosa...-
-Si, dime.-
- Verás, supongo que estas al corriente de esa enfermedad de África ¿No?- Le dije y su cara cambió de una felicidad absoluta a una seriedad impresionante.
- No deberías meterte en esas cosas- Me contestó- Son asuntos de el gobierno y de sanidad.-
-Lose, pero tengo que decirte que esa enfermedad a llegado aquí- El me miró y me empujó a su despacho.
-¿Que ha llegado a este país?- Dijo perplejo- ¿Como sabes tu eso?-
- Verás hace unas semanas unos ladrones vinieron a robar a mi casa.- Le dije y le empecé a contar toda la historia, el asentía con la cabeza, parecía que me creía.
- Entiendo.- Dijo y se me mandó a sentarme mientras el se sentaba en su silla.
- ¿Tu me crees?- Le pregunté.
-Si.- Me contestó el y empezó a rebuscar entre sus cajones.-Veras, esa enfermedad de África la provocamos nosotros, sin querer claro. Estábamos buscando una cura contra el cáncer, al principio lo probábamos con animales pequeños, y funcionaba, empezamos a hacerlo que animales más y más grandes y todo iba bien, solo faltaba probarlo con un ser humano. Un día viajamos a África para poner vacunas contra enfermedades normales de ahí...Malaria y todo eso...y encontramos un paciente que tenia cáncer así que decidimos ponerle la vacuna, dado el alto indice de mortalidad que hay en África nadie sospecharía de nosotros. Le estuvimos haciendo bastantes pruebas, todo iba genial, el paciente se recuperaba rápidamente, todo iba sobre ruedas, pero a las pocas semanas murió. Nos quedamos desolados, en un principio creían que eran causas naturales pero nosotros pensábamos que era la vacuna. Así que queríamos hacer nosotros la autopsia. Estábamos a punto de empezar cuando de repente se despertó, era un milagro. Pero se levantó e intento atacarnos y a uno de mis compañeros lo mordió. Los guardas entraron y le dispararon mas de 7 veces, al final murió de un tiro en la cabeza.-
-Mordió a un forense...- Dije -¿Que hicisteis con el?-
-Le pusieron una vacuna y le dieron la baja por enfermedad.- Contestó - Pero a los pocos días empezó a cambiar, buscaba peleas con gente del barrio y no comía nada.-
-Murió, ¿verdad?- Pregunte, aunque sabia perfectamente la respuesta.
-Si, pero no.- Dijo el y yo me quede helada- Si es cierto que murió, pero atacó a un compañero después de morir, y la enfermedad se ha extendido un poco desde en toces.-
-Ya esta provocando muertes en este país...- Dije enfadada.- Esa enfermedad ha estado en mi propia casa-
-Me comunican cada muerte por esa enfermedad, así que soy consciente de lo que pasa. Toma esto.- Dijo y me tendió un papel. Miré el papel, era una carta hacia el , de mi padre.
-¿Que broma macabra es esta?- Dije, la carta estaba fechada el día 17 de enero del 2012, tres días antes.
-Me la ha enviado tu padre, hace tres días.-Contestó el.
-Mi padre murió hace dos años...-Dije mirando la carta con lágrimas en los ojos.-No tienes derecho a hacer esto.- miré la carta detenidamente, era la letra de mi padre.
-Tu padre no murió, era una tapadera- Dijo el- Tu padre esta en África, el fue el que invento la vacuna.
-La enfermedad se contagió hace semanas, no años- Dije.
-No Jesica, fue creada hace mucho tiempo, pero ahora la enfermedad es más fuerte, y por eso lo medios lo han difundido.-Dijo el. Le miré, la verdad es que le creía.
-Cuando legues a tu casa léela, puede que te resuelva alguna duda.- Me dijo y se levantó. -No le digas a nadie que hemos mantenido esta conversación, nunca.-
-Vale.-Dije, me levante, me dirigí a la puerta y le miré. -¿Que pasaría si la enfermedad se extendiese por aquí?-
-Moriríamos todos.- Dijo el y se volvió a sentar poniendo las manos sobre su cabeza. Yo abrí la puerta y me fui.
¿Podría ser posible que mi madre viera realmente a mi padre?¿La enfermedad era la misma que la de los ladrones? No tenia contestaciones a estas preguntas, necesitaba las respuestas, no aguantaba más.


jueves, 22 de marzo de 2012

Capitulo II: No es más que el principio,18 de enero.

La nueva herida que le había hecho no sangraba, me parecía raro pero no le presté mucha atención.
Miré mis manos, estaban llenas de sangre.
No podía creer lo que acababa de ocurrir, no solo había matado a un hombre, si no, que lo había matado dos veces, no tenia sentido, era imposible.
Me quedé mirando el cadáver. Mis manos, mi cara y mi ropa goteaban sangre.
Cogí el teléfono fijo y llamé a la policía...
* * * * * * * * * *
Después de hacerme contar cincuenta veces la historia se fueron y me dejaron con mi madre, la cual estaba flipando (cosa que me parecía totalmente normal).
-En...en serio...se levantó después de...- Me dijo preocupada.
-Si.- Contesté - ¿Cuantas veces tendré que decirlo?-
- Cariño... no tomarás drogas ¿No?- Me preguntó y puso su mano en mi hombro. Yo me quedé flipando.
-Si, y hacen que me imagine gente muerta comiéndose a gente viva e intentando comerme a mi... No mama, no tomo drogas y no bebo, lo que hoy a pasado ha pasado de verdad, aunque parezca una locura.- Dije seria.
- Pero, es que parece una locura, los policías no te creen, piensan que te drogaste o algo así.-
- ¿Y que? Que recojan pruebas, que lo investiguen, es la verdad...- Dije desesperada. Si, podía parecer una locura, pero era real, ese tipo se levantó después de haber muerto desangrado en mi baño, y atacó a su compañero ¿Una persona normal aria eso? No creo... No sabia que había pasado, pero tampoco quería saberlo, me resultaba aterrador, francamente tenia miedo...
* * * * * * * * * *
18 de enero del 2012.

Aún no había ido al instituto después del shok, no me apetecía nada. Ese día vino a visitarme Aly (se podría decir que mi mejor amiga).
- Hola.- Me saludó y me dio dos besos -¿Que tal después de todo?-
- ¿Como mierda te has enterado?- Pregunté
- Mmmmmm lo sabe medio pueblo... radio patio- Contestó ella. -Pero no te rayes...-
- Que no me raye, já.-Dije, no me podía creer que medio pueblo lo supiera. -¿Como se han enterado?-
- Tu madre se lo dijo a la mía, más los vecinos tan guays que tienes que lo han ido difundiendo...-
- Perfecto.- Dije y me senté en la cama.-Es lo que me faltaba, que ahora se pongan todas las marujonas a cuchichear....-
- Jesica, ¿que pasó de verdad? La... la gente dice cosas, cosas que parecen una locura.- Se sentó a mi lado y me miró seria, casi nunca me llamaba por mi nombre, solo cuando la situación era preocupante lo hacía.
-¿Que es lo que dicen?- Pregunté mirando al suelo.
- Que mataste a dos tíos, que uno de ellos que supuestamente estaba muerto te atacó, dicen que ibas drogada y esas cosas.- Contestó ella.
-¿Y tu que crees?- Dije, estaba empezando a cabrearme muchísimo e intentaba recordar mis ejercicios de auotocontrol. Ella me miró y no contestó. - Mira, yo solo me defendí de uno de ellos, el resto lo hizo el, yo solo quería sobrevivir a esa mierda.-
-Entonces, resucitó ¿No?- Me miró como si no me creyera, y no me extrañaba...- A lo mejor fue una alucinación.-
- Y por eso acabó en mi cocina, no Aly, no, era real. Tan real como el que tu estas aquí....- Dije.
- Estas diciendo, que era un zombie, ¿no ves que parece una locura sacada de película?- Dijo ella con tono preocupado. La miré, la verdad es que si que parecía una locura, pero no lo era.
- Jesucristo resucitó al tercer día ¿consideras que es un zombie?- Dije, sabia perfectamente que no la gustaba que me metiera con la religión, pero quería que me comprendiera.
- No es lo mismo-
- Si, si que lo es, tu crees que caminaba sobre el agua y que convertía el ag...- Me cortó.
- No te metas con la religión- Dijo.- Entiendo que estés enfadada, pero admítelo, es una locura.-
- Si, lo es, pero tienes que creerme...- Dije, tenia la tonta esperanza de que alguien me creyera....
- Vale, te creo- Miró el reloj - Bueno se hace tarde, tengo que irme, mañana si quieres me paso por aquí...- Me dijo, me dio un abrazo y se fue.
Quizá tenia razón, y estaba loca. Pero parecía tan real... no se...
Me baje al piso de abajo y encendí la tele del salón, se pusieron las noticias de última hora.
Se había descubierto hace unos cinco días  una nueva enfermedad en África , ya habían muerto varias personas por esta enfermedad y para que no contagiaran a nadie fueron enterradas inmediatamente.
Sabia que no podía ser nada bueno, que detrás de esa noticia tan fugaz tenia las respuestas a mis preguntas, pero no sabía que hacer...
Empecé a pensar, ¿Y si el ladrón había visitado recientemente África y se había contagiado? No, era imposible, seria como en las películas de zombies, demasiado obvio, tenia que ser otra cosa y pensaba averiguar que era.
De pronto me sonó el móvil, era mi madre.
-Jesica.- Dijo algo alterada.
-Que pasa.- Contesté.
-El segundo ladrón, al que dices que atacó su compañero... Hoy le iban a hacer la autopsia y ya no esta, dicen que ha matado a los forenses que se la iban a hacer...- Dijo ella fatigada.
-¡¿QUE?!.-No me lo podía creer...- ¡Mama, tienes que decirles que es la enfermedad de África!-Dije, estaba completamente segura que esa era la causa.
- ¿Que enfermedad...?-
-El que ha salido en la TV... es, es eso estoy segurisima, y lo han traído aquí, van a provocar muchos muertos, la trajo el tío que...- Me callé, no era capaz de decirlo, no era capaz de decir que una chica de 18 años había matado a alguien.
-Jesica, no digas gilipolleces.-Dijo ella y colgó.
En ese momento todo se desmoronó, sabía que era eso y nadie me iba a creer, ni mi propia madre, el mundo estaba condenado y nadie quería darse cuenta...
Esas muertes no eran más que el principio.


Capitulo I: El comienzo de todo, 13 de enero.

Era una fría y nublada mañana del 13 de enero del 2012, me dirigía al instituto, pero no pensaba entrar, llevaba sin entrar casi dos meses, sin contar las vacaciones de navidad...No quería entrar a clase no aguantaba en ese lugar, lo odiaba con todas  mis fuerzas.
Me dirigí a un árbol de un parque cercano a mi casa, el árbol al que iba todas las mañanas y en donde me despejaba de todo, era como si desconectara de la vida, como si todo lo que estaba a mi alrededor desapareciera. Estaba sola, pero me gustaba esa sensación. 
En ese momento pasó por delante Jack, un compañero de clase, una de las pocas personas a las que no odiaba y que siempre me ayudaba...
-Hey, que pasa.- Me dijo y me dio dos besos.
-Que pai- Le dije, nunca comprendí por que mierda decía que pai pero me hacia mucha gracia.
-Hoy tampoco entras¿No?-
-No.- Dije -No tengo nada que hacer, ya no tengo futuro.- Y esbocé una leve sonrisa, aun que la verdad que no e hacia ninguna gracia...
-Deberías entrar...- Dijo -Pero bueno, tu sabrás que quieres hacer con tu vida, nadie puede obligarte a nada.-
-No me des tu también la charla, por dios.-Dije, estaba cansada de que todos me dijeran lo mismo.
-Bueno lo dicho, ya nos vemos.- Me dio dos besos y se fue. Dejé mi mochila en el suelo y me senté en el frio césped.
-Joder, mi vida es una mierda.- Dije en voz alta. Saqué un cuaderno de la mochila y me puse a escribir sobre el odio que sentía hacia todo...Me puse los cascos a todo volumen y desconecté de todo.
Pasó como una hora y media (o eso me pareció a mi) y me quité los cascos, miré a mi alrededor y vi a las marujas andando y hablando de sus chismes, que pena, señoras de 45 a 50 años con más vida social que yo, doy asco.
Me levanté y miré la hora, las 11:35, llevaba más de tres horas sentada en el césped con música y cagándome en la humanidad. Que rápido pasa en tiempo cuando solo sientes odio.
Guardé mis cosas en la mochila, estaba cansada de estar ahí, sin hacer nada, así que decidí irme a casa, le pondría una escusa tonta a mi madre y punto. Empecé a caminar, notaba algo raro como si fuera a pasar algo malo, iba pensando en mis cosas cuando crucé un paso de cebra sin mirar y un coche paso rapidísimo delante mía, casi me atropella. 
-Dios, que poco me ha faltado.- Murmuré y seguí caminando hacia mi casa, entré tranquilamente y deje las llaves en la mesa de la entrada. -Mama no tenia clase estas tres últimas horas y me he venido a casa.-  pero nadie me contestó.-¿¡Mama!?- nada, que nadie contestaba así que busqué a mi madre por toda la casa.- Joder, si se había ido a comprar...- murmuré y me dirigí al salón para sentarme a ver la televisión. Justo cuando iba a encenderla escuché un ruido en la puerta, (no es ella) pensé (aún no ha pido llegar...) se empezaron a escuchar golpes fuertes, no sabía que hacer. Decidí subir a la planta de arriba y entonces la puerta se abrió de par en par, me asomé un poco para ver que pasaba, vi a dos hombres con pasamontañas.
-Venga, cojamos todo lo posible.- Dijo el primer hombre, con voz ronca.
-Tu busca en la planta de abajo, yo iré arriba.- Dijo el segundo hombre. Se escucharon pasos, esos tios habían entrado a mi casa a robar, y yo esta dentro...
Fui al cuarto de baño sin hacer ruido cerré con cuidado, cogí mi móvil y llamé a emergencias.
-Emergencias, dígame.-
-Socorro, hay unos hombres en mi casa, van a robar, ayúdeme.- Dije en voz baja
No se preocupe, dígame donde viv...-Se cortó.
-¿Hola?¿Hola?- Dije, pero no había respuesta, miré el móvil, se había acabado la batería.-No, no, no, no, no-dije intentando encenderlo, pero era imposible. Miré a mi alrededor para buscar algo con lo que defenderme, abrí un cajón y vi las tijeras de cortar el pelo que compró mi madre hace tiempo, las cogí y me puse detrás de la puerta, si  entraban en el baño estaría perdida. Escuché unos pasos en la planta de arriba y de repente se dejaron de escuchar. Vi con horror como se movía el pomo de la puerta, no sabia que hacer.
La puerta se abrió y vi en el reflejo del espejo al segundo hombre, llevaba un pasamontañas, solo se le podía ver la boca y los ojos. No sabía que hacer, de repente me miró y me quede helada, había algo en su ojos que me aterraba, antes de que pudiera reaccionar sujeté con fuerza las tijeras y le apuñalé con ellas en el cuello, si algo había aprendido en el instituto es que si te cortan la carótida estas realmente jodido. Me salpicó muchísima sangre el hombre se desplomó y el suelo se empezó a volver de color rojo. -Dios mio, he matado a un hombre...- Murmuré con lágrimas en los ojos.
El ruido del hombre al desplomarse alertó al otro que le llamó.
- Marck ¿que haces?- dijo, pero no obtuvo respuesta. -Joder- dijo y empezó a subir las escaleras. Yo salí corriendo con la desgracia de chocarme con el. Me cogió de los hombros y me estampó contra la pared, las tijeras salieron despedidas y el hombre me cogió de una pierna mientras yo me arrastraba.
-¡SUÉLTAME!- Grité con todas mis fuerzas, pero no servia de nada, empecé a patalear y a intentar huir usando los brazos como impulso, me agarré a la barandilla de la escalera y en ese momento escuché un grito a mis espaldas y el hombre me soltó, mire hacia atrás y perpleja vi como el hombre al que apenas unos minutos había visto desangrarse en el suelo de mi baño se había levantado y estaba atacando a su compañero, me levanté corriendo y vi como le mordía en un brazo y luego en el cuello. Los dos cayeron al suelo y el segundo hombre le empezó a abrir la tripa, y a comerse a su compañero. salí corriendo a la cocina a por el teléfono parra llamar a la policía pero el hombre me siguió. Caminaba muy lento, el pasamontañas se le había roto, mostrando una piel grisácea, sus ojos se habían vuelto totalmente grises e inyectados en sangre y hacia un ruido extraño, era como si gruñera.
Busqué algo con que defenderme y vi los cuchillos de cocina, justo delante de el, le tiré un plato a la cabeza que hizo que se tambaleara, cogí un cuchillo y se lo clavé en la cabeza.
Ese ser no era humano, no sabia que era, pero estaba convencida de que no era humano...



domingo, 4 de marzo de 2012

Efecto Zombie

Dicese cuando te levantas por la mañanas y no eres tu hasta las 4 de la tarde.