miércoles, 27 de marzo de 2013

CAPITULO X, Huida, 25 de enero, parte 2.

Si Charlie se enteraba la dejaría ahí sola, hasta que su desgraciado final le llegara y se transformara en un zombie.
No sabía que hacer, no iba a matar a una niña, pero tampoco podía dejarla viva. Era una disyuntiva que me bloqueaba la mente. No podía pensar.
-Jes, ¿qué pasa?- Dijo Charlie.
-¿Que? Nada, vamonos.- Dije. tapé la herida de la niña y salimos del piso.
Sabía que acababa de cometer un error, pero no podía dejarla ahí sola, a merced de los muertos vivientes que estaban sedientos de sangre, aun que ella en poco tiempo se convertiría en uno de ellos.

-Cojamos ese coche, antes comprobé si tenia gasolina y está lleno, sólo hay que hacerle un puente y listo.- Dijo Charlie señalando un coche.
-¿Sabes hacer puentes a coches?- Dije desconfiando de sus dotes de ladrón de coches.
-No lo he hecho nunca, pero en YouTube salen muchas cosas. No te imaginas la de cosas que he aprendido...- Contestó el con tono burlón.
-Pues adelante.-Dije y el corrió al coche. Cloe y yo nos subimos, yo en el asiento del copiloto. 15 minutos después Charlie consiguió arrancar el coche y salimos de la ciudad.
-Volvamos a casa.- Dijo Charlie con alegría.
*****
Llegamos a la puerta de mi casa, estaba destrozada, miré a Charlie asustada.
-¿Por qué está así?- Dije con un hilo de voz.
-No... no se.- Dijo el. Se le notaba que estaba asustado, apretó la mandíbula, estaba tenso. Salió del coche rápidamente, solo llevaba una pistola en la mano.
-Cloe, quédate aquí.- Le dije a la niña y salí detrás de el con el bate en la mano.
Entré en la casa y estaba todo en penumbra, vi a Charlie que miraba algo en el salón y corrí hacia el. pero al llegar a su lado me quedé congelada. Casi toda nuestra familia y amigos estaban ahí, pero no de la forma en la que queríamos. Eran zombies. Estaban devorando el cuerpo de alguien, no se reconocía quien.
Vi a mi madre, arrodillada ante el cadáver, devorando la carne, llena de sangre. Jamás me borraré esa imagen de la mente.
-Mamá...- Murmuré y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, impidiéndome ver con claridad.-No...-El mundo se me desplomó en ese momento, mi madre, el último ser querido que me quedaba había muerto y sólo quedaba un pútrido cuerpo que intentaría matarnos.
 Ella se giró y me miró, sus ojos estaban vacíos de vida, semiblancos, sedientos de sangre. Se levantó y empezó a caminar hacia nosotros, los demás también se percataron de nuestra presencia y empezaron a acercarse, lentamente, con la mirada vacía.
Charlie y yo empezamos a retroceder, le miré, al igual que yo lloraba, se secó las lágrimas con una mano, no le dejaban ver, y apuntó con la pistola. Empezó a llorar más fuerte, y su mano empezó a temblar bruscamente, respiró hondo y empezó a disparar, hasta que todos quedaron inmóviles en el suelo. Me agaché ante mi madre, ahora inmóvil en el suelo, miré sus ojos que seguían abiertos y los cerré, para siempre.

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